En MilZarpas, sabemos que el lenguaje corporal de los gatos es mucho más complejo de lo que algunas personas se creen. Podremos entenderles fijándonos en la postura y la señal corporal. No podemos comparar el lenguaje de un perro a un gato, ya que son muy distintas, pues los gatos pueden inhibir ciertas emociones. Entendamos el lenguaje corporal de los gatos:
Si está Relajado: Estará acostado, puede estar estirado, acurrucado formando una bola, o descansando con la cabeza levantada y las patas pulcramente recogidas bajo el cuerpo. Sus ojos parpadearán suavemente o estarán semicerrados. Podrá realizar estiramientos y desviar la mirada sin ningún tipo de preocupación. La cola podrá estar levantada o no, y las orejas se relajarán, manteniéndose despreocupadamente en posición vertical y hacia adelante, aunque girarán hacia los lados independientemente si el gato escucha algún ruido a su alrededor.
Si está Contento: Mostrará las mismas señales que el gato amigable, es decir, postura corporal relajada, orejas hacia adelante y cola levantada. Pero además, si está muy contento, podremos observar también que maúlla de forma similar a un trino y que su cola vibra. Podrá estar tumbado sobre la espalda con las patas extendidas hacia afuera, lo que indica que es completamente feliz. Si parpadea muy lentamente, intenta parpadear también tú lentamente para demostrarle que estás relajado (Este comportamiento de imitación es un medio fantástico de reforzar el vínculo con tu gato). Si lo acaricias, puede cerrar los ojos de satisfacción y empezará a ronronear suavemente...
Si está Amigable: un gato que está feliz y tiene ganas de relacionarse con sus tutores u otros animales mostrará una postura corporal relajada, acompañada de orejas hacia adelante y erguidas, así como la cola levantada. Los ojos podrán estar abiertos y, si nos tiene confianza, el gato se frotará contra nosotros o nos vendrá a olfatear en una señal de saludo amistoso.
Si está Juguetón: Utilizará muchas partes de su cuerpo para comunicarse, en busca de atención. Observaremos las orejas hacia adelante, ojos abiertos y otras señales que indican que el felino busca una motivación para jugar. Puede llegar a mordisquear o arañar en señal de juego. La punta de la cola, así como los cuartos traseros, pueden moverse espasmódicamente a medida que se prepara para atacar de modo juguetón.
Si está Inseguro: en este caso observaremos que la postura en general es tensa y va acompañada de una cola totalmente recta, exceptuando en la punta, que está curvada. Las orejas estarán erguidas, los ojos bien abiertos y, en definitiva, apreciaremos que el gato está alerta y expectante ante nuestra reacción.
Si está Enfadado: La postura corporal estará visiblemente arqueada y las orejas estarán tensas y replegadas hacia atrás, los bigotes rígidos y alejados de la cara, y la cola rígida y recta, notablemente bufada. La mirada será dura y penetrante. Sus pupilas se contraerán, aunque algunos gatos pueden mantenerlas redondeadas sin parpadear. Puede bufar y hasta maullar de forma amenazadora. Evita siempre provocar a un gato enfadado, no le grites, no hagas movimientos bruscos ni intentes tocarlo ni calmarlo, ya que puede interpretarlo como un gesto amenazador y atacarte. En lugar de eso, retírate lentamente, elimina las posibles amenazas de un modo seguro, y deja tiempo y espacio para que se calme. Tendrás que andar con pies de plomo.
Si está Asustado: Las orejas del gato se replegarán hacia atrás y la cabeza puede descender con la mirada dirigida hacia arriba. Manteniendrá la cola enroscada alrededor y por debajo de su cuerpo. Puede salir corriendo o, si no es posible, permanecerá de pie o en cuclillas muy quieto, maullando gravemente, siseando y bufando constantemente con la boca abierta, llegando a atacar.
Desde MilZarpas, esperamos que esta información te sea de gran ayuda, en todo caso, si tienes dudas sobre el comportamiento de tu gato, puedes buscar el asesoramiento de un veterinario.